Los tratados de libre comercio, con todo respeto, son uno de los fenómenos de las relaciones humanas que inspiran hasta un poco de humor. Las guerras comerciales han existido toda la vida y seguirán existiendo siempre. El tema es que más de un solo país produce los mismos productos y servicios. El mundo ideal para un economista es que cada país escogiera lo que hace mejor y se dedicara a hacer solo eso, conservando una ventaja competitiva en determinado producto o servicio frente al resto de países. Sería fantástico que España se dedicara al aceite de oliva, Canadá al trigo, Colombia al Café y así sucesivamente.
El único problema es que el mundo no funciona así. Por ejemplo, China produce casi todo! Y compite con tácticas no necesariamente “ortodoxas”. Las gigantescas economías de escala permiten a China penetrar en todos los mercados con precios más baratos que sirven al público de corto plazo que prefiere bajos precios que calidad. La mano de obra es barata y con pocos derechos para el trabajador por lo cual es difícil competir contra ellos. Sin embargo, la estrategia para responder ante esta ventaja competitiva de China NO debe ser ponerles impuestos extraordinarios a sus productos. Esto es lo que está proponiendo el gobierno de Trump.
El objetivo es de manera implícita que China deje entrar producto norteamericano a su país a la vez de que la industria norteamericana empiece a reemplazar con producción nacional los productos que antes compraban a los chinos. Todo esto tiene algo de validez, pero los Estados Unidos está olvidando algo muy importante: Uno de los compradores más importantes de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos es el gobierno chino.
En otras palabras, los chinos financian gran parte del gasto presupuestario de los Estados Unidos. Pregunta: ¿Es inteligente ver solo una parte de la ecuación en cuanto al intercambio de mercancías entre dos países? Creemos que NO. Las decisiones económicas son siempre multifacéticas con muchas ramificaciones. Es demasiado simplista pretender que poner impuestos a productos chinos, pondrán fácilmente en una posición de ventaja a los Estados Unidos. No funciona así. Esto es mucho más complejo, y como tal hay que estudiar bien el tema antes de actuar.