¿Interesado en un diplomado en Administración Estratégica de la Logística y el Transporte?
Los años setenta fueron fundamentales en la historia del comercio, el transporte marítimo y la fabricación. En esta década, Toyota revolucionó el mundo de la fabricación con la amplia adopción de su proceso de planificación de la producción “justo a tiempo” (JIT). En esencia, esto representa operar con bajos niveles de inventario en los que las materias primas, los bienes o incluso la mano de obra están programados para llegar o reponerse exactamente cuando, o poco antes, se necesitan en la producción. Con este sistema, Toyota podría resolver algunos de los problemas asociados al mantenimiento de niveles de inventario elevados, liberar una cantidad significativa de capital y reducir los costes de oportunidad. También podría minimizar los costes de almacenamiento, mantenimiento y riesgo de inventario.
Hoy en día, el JIT y sus equivalentes son los estándares de la industria del automóvil. Sin embargo, si los sectores de la automoción o la fabricación pueden permitirse el lujo de esperar a que se haga un pedido para luego producir, en muchas otras áreas de negocio, para adoptar el JIT, se debe contar con una previsión de la demanda muy precisa.
En esta ocasión, nos vamos a enfocar en el transporte marítimo de contenedores.
El modo de trabajo contrario al JIT se denomina Just-in-Case (JIC) y representa un método de gestión de inventarios por el que las existencias, las mercancías y los materiales están siempre a mano, para estar en el lugar adecuado cuando se necesitan y garantizar que los pedidos de los clientes se satisfagan siempre.
La pregunta lógica en este caso es por ejemplo cómo los transportistas marítimos pueden pasar del JIC al JIT para mejorar sus operaciones y su cuenta de resultados. Al contrario de lo que se suele pensar, el JIT en el transporte marítimo debería ser más fácil de conseguir que en la fabricación. Al igual que en la industria manufacturera, su aplicación pasa por la creación de cadenas de suministro ágiles y extremadamente eficientes. Sin embargo, en el sector del transporte marítimo, las empresas no deben depender totalmente de partes externas para que les suministran siempre a tiempo los bienes y materiales necesarios. Más bien, los transportistas marítimos pueden confiar únicamente en sí mismos o, para ser más precisos, en la utilización y precisión de sus propios datos.
Paso a paso hacia el envio “Just in Time”
Como ya se ha dicho, un requisito previo para adoptar el sistema JIT es conocer con precisión la demanda futura. Los transportistas marítimos más grandes y tecnológicamente más avanzados se basan en la modelización estadística de sus propios datos para detectar tendencias y estacionalidad y prever la demanda. Sin embargo, los datos logísticos suelen estar por debajo de ciertos estándares de calidad y, si no se pre procesan adecuadamente, el modelado posterior de los datos puede llevar a conclusiones erróneas.
Por lo tanto, es necesario analizar el efecto inmediato de esta acción para conseguir una visibilidad total del inventario, el estado y el coste en toda la red. Además, los factores externos que afectan a los volúmenes (vacaciones, PMI, indicadores económicos, etc.) también deberían incorporarse a la previsión para garantizar una precisión y solidez de la previsión aún mayores.
Para optimizar aún más su flota, las empresas pueden desplegar algoritmos de optimización inteligentes que tengan en cuenta todos los costes relevantes (almacenamiento, reposicionamiento, estiba, manipulación, mantenimiento), los horarios de navegación y las curvas de reservas, entre otros. La combinación de la previsión de la demanda y esta optimización basada en los costes ofrece la posibilidad de evaluar, en función de los datos, si el reposicionamiento tiene sentido o no, desde qué lugar reabastecer (tanto a nivel local como global), si se debe clasificar y en qué lugar debe tener lugar el almacenamiento o el mantenimiento. La facilidad y la rapidez del reabastecimiento también deben tenerse en cuenta a la hora de realizar la evaluación de riesgos. La integración o la colaboración con proveedores de arrendamiento a corto plazo podría aumentar aún más la eficiencia.
Si se aplican todos estos elementos, las empresas de transporte marítimo deberían ser capaces de construir la cadena de suministro altamente eficiente que se requiere para aprovechar los beneficios del JIT. Sin duda, el mayor impacto a corto plazo en la cuenta de resultados de una compañía naviera es la posibilidad de minimizar el tamaño total de la flota hasta un 12% sin perjudicar los ingresos ni los niveles de servicio. De hecho, el sistema JIT también podría indicar dónde es probable que aparezca la escasez de contenedores, con semanas de antelación. Esto incluso ayuda a las empresas a mitigarlo y a obtener ingresos adicionales al satisfacer la demanda donde y cuando se produzca.
Toyota tardó en perfeccionar el sistema, pero es justo decir que el JIT ayudó a la empresa a crear una ventaja competitiva sobre sus rivales y revolucionó el mundo de la automoción y la fabricación. Ahora es el momento de actuar para las navieras de contenedores, ya que todos los medios para implantar el envío justo a tiempo están presentes.
Referencia: Transmetrics